En marzo de 2017, uno de los invitados a un evento de Google en el que participé fue Vint Cerf, conocido como "el padre de internet’. Y él nos decía: “Vamos hacia una computación en tiempo real… lo que está pasando es que la nube se impone, no sólo porque es grande: se impone porque la computación continua cambia el paradigma.”
La creación de Internet fue el comienzo de un cambio profundo, la computación en tiempo real y en la nube es su espejo en términos de disrupción. Se aplica a los negocios, pero también a nivel social estamos cada vez más inmersos en un mundo de computación digital en tiempo real.
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Desde lo económico reporta beneficios ya conocidos, como el aumento de la productividad, la disminución de costos, mayor eficiencia, etc. mientras que, desde lo humano, se traduce en más oportunidades de desarrollo profesional. Pero también despierta algunas sensaciones de amenaza.
Actualmente vivimos en un mundo 'VICAH’: Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo e Hiperconectado. Algunos lo comparan con la tormenta perfecta: no hay certezas y ante cada posibilidad que se vislumbra, se presentan varias otras maneras con las que tal vez, sería posible enfrentar los mismos desafíos y problemáticas.
La pregunta que aparece entonces es: ¿cuál será la más eficiente?
El entorno turbulento genera que la mejor forma de medir la viabilidad de cada opción sea probar: la única manera de saber si va a funcionar, es intentarlo.
Ocurre que éste es también un mundo 'POC’, un mundo de pruebas de concepto. Afortunadamente, la tecnología y la nube proporcionan maneras muy económicas de testear conceptos.
Años atrás, intentar una idea requería de grandes inversiones. Por el contrario, actualmente es posible, por ejemplo, contratar un servidor sumamente potente durante una hora. Es decir, que cualquier organización puede probar y utilizar recursos únicamente cuando los necesita y de la manera en que le parece apropiado, sin verse obligada a invertir capital. Le bastará únicamente con utilizar el poder de la computación de la Nube. Veámoslo un poco más de cerca.
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¿Qué es efectivamente la computación en la Nube?
Gartner lo define con precisión: "un estilo de computación donde las capacidades de IT son escalables y elásticas".
Es posible aumentar su capacidad o disminuirla según las necesidades. Es un servicio que ha dejado en el pasado las grandes compras de equipos, hardware y software. En la actualidad, basta conectarse a los mega centros de datos para contar con las mismas prestaciones, y más también.
El nuevo paradigma impone un modelo más cercano al de las compañías proveedoras de energía eléctrica que a las de informática tradicional. Simplemente se paga lo que se usa.
Por otra parte, un proveedor como Google Cloud brinda servicio a numerosos clientes, con lo que se genera una economía de escala, que lleva las ecuaciones de costo/beneficio a niveles impensados hasta hoy.
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Recursos abundantes y disponibles
Desde una visión histórica y tradicional, la manera de vincular la oferta y la demanda computacional, ha sido estimar las necesidades de procesamiento de la información. Luego, sobre esa proyección, se invertía capital: se compraba el equipamiento para armar la infraestructura física y humana de acuerdo a él.
Pero la realidad demuestra que el comportamiento de la demanda difiere siempre de lo previsto: es variable y escalable. Hay, por lo tanto, momentos en que sub-utilizan los equipos y picos en los que incluso la nueva infraestructura no alcanza para responder. Con lo cual, se vuelven a perder oportunidades, incluso clientes, por falta de capacidad.
En cambio, la computación en la nube acompaña estos flujos de demanda automáticamente, ya que los centros de datos tienen el poder de expandir su capacidad a medida que crece la demanda y también se adaptan a ella cuando ésta disminuye.
Es por esto, que actualmente los recursos informáticos se consideran abundantes y disponibles: la memoria o la velocidad de procesamiento ya no son un problema. De lo que se trata es, simplemente, de contratar el servicio.
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APIs, AI & trabajo colaborativo
De la mano de la computación en la nube llegan después todas las prestaciones que, junto con la Inteligencia Artificial, multiplican las posibilidades hasta el infinito.
Por ejemplo, la economía de las APIs (Application Programming Interface) es uno de los pilares de la transformación digital. Estos programas están disponibles, muchas veces en forma gratuita y pueden utilizarse cuando sea requerida. Son una herramienta central del trabajo colaborativo.
En general, como consecuencia de estos cambios, en el mundo actual, el trabajo se realiza únicamente en equipo. La tecnología en la nube lo posibilita y fomenta su flexibilidad. Ya no trabajamos todos en el mismo lugar, en el mismo horario ni con los mismos dispositivos.
La información debe estar, entonces, siempre disponible y es necesario una mayor conectividad y seguridad.
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Los 5 atributos de la nube a capitalizar
Volvamos a Vint Cerf. Hoy, se dice que internet es la tecnología y la nube, la técnica capaz de combinar los recursos, que permite disponer de servicios y procesos efectivos.
Por eso, para emprender toda gestión de la transformación digital, lo fundamental será capitalizar estos 5 atributos de la nube:
- Es un servicio
- Es escalable y elástica
- Es de uso compartido
- Aprovecha internet al máximo
- Obtiene el mayor beneficio de los recursos, ya que se paga sólo por lo que se usa.
En síntesis, es hora de pensar distinto, planificando y trabajando en un entorno de transformación digital constante.
Te compartimos este e-book de Gartner para que conozcas las últimas tendencias y empieces a pensar como un líder digital.
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