Desde hace un tiempo la mirada sobre lo que es la innovación tecnológica, sus alcances y la inversión que se debe realizar para obtenerla se ha ido modificando poco a poco. Uno de los cambios más significativos es el hecho de que la innovación tecnológica dejó de estar relacionada necesariamente con la compra del mejor (y más costoso) software empaquetado para ser instalado en todas las máquinas de una empresa. Más bien se trata de invertir de manera inteligente, estratégica, mirando hacia los costados para ver hacia dónde van todos los que saben (más en un país como la Argentina donde el tema de los costos de la tecnología está atado a los vaivenes de una economía que en la práctica está dolarizada). Pero, ¿cómo romper procesos anquilosados sin dejar la billetera en el camino?
La respuesta es clara: sí. El futuro está en la nube y, más precisamente, en contratar todos los servicios bajo demanda (lo que se conoce como XaaS, o todo como servicio, por sus siglas en inglés). Esto corre tanto para el almacenamiento como para algo tan sencillo como el paquete de ofimática; es decir, todos los programas para realizar documentos de texto, planillas de cálculo, formularios, presentaciones, y a lo que hoy hay que agregarle correo electrónico, almacenamiento en la Nube y herramientas de videoconferencia a través de Internet.
Para mensurar qué tanto se toma en serio lo antedicho en todo el mundo bastan ciertos números: para 2025 se espera que la tasa media anual de retorno de la computación en la nube crezca 25% hasta llegar a ser un negocio de US$ 1.250 trillones, de acuerdo a un informe de la consultora Research & Markets. En este sentido, Mark Hurd -CEO del gigante Oracle, una compañía histórica en el mundo de la tecnología- ha dicho que, para el año mencionado recién, la mayoría de los datos empresariales estará almacenado en la Nube, especialmente los de las pequeñas y medianas empresas.
La era de la post-PC llegó y los beneficios son para todos. La posibilidad de realizar una verdadera transformación digital ha dejado de ser un nicho para compañías con billeteras grandes y, si bien hay varias soluciones posibles, lo mejor es decantarse por aquella que es más robusta. La verdad sea dicha, es la que dio inicio a este cambio de paradigma: la primera aplicación se llama Writely nació en 2005 y fue comprada, con sus 14 empleados encima, por Google en 2006. Allí comenzó un recorrido que nos trae hasta un presente en donde con una simple computadora portátil y conexión a internet, la oficina está a un teclado de distancia.
Se trata de Google Suite, o G-Suite, un servicio en la nube al que puede accederse a través de los representantes oficial es de la empresa en la Argentina, con valores muy convenientes, por usuario, y sin extras ocultos de mantenimiento o actualización.
Las herramientas que ofrece Google Suite son bien conocidas y, a esta altura, parte del día a día de muchos. Una ventaja extra es la facilidad con que el usuario puede cambiar de máquina sin que esto implique un dolor de cabeza de licencias e instalaciones que toman tiempo y significan gastos extras: con este tipo de plataformas se enciende la computadora, se hace login y voilà (o, en criollo, listo el pollo), ya estás trabajando. Además, esto permite integrar rápidamente tanto computadoras hogareñas como los smartphones de gerentes y empleados, lo que simplifica sacar provecho de una movida cada vez más popular, la de BYOD, lo que significa en inglés “trae tu propio dispositivo”: cada vez más aquellos que trabajan en empresas deciden usar sus equipos propios, sean celulares o computadoras, para realizar su trabajo. La más popular -tanto que no precisa presentación- es Gmail, y también está Google Docs (que incluye todo el paquete de ofimática que antes llegaba empaquetado, previo pago) y Google Cloud (la plataforma de almacenamiento).
Para resumir, los beneficios de G-Suite tanto desde el punto de vista del negocio como desde la tecnología misma son bien puntuales:
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No hace falta comprar ni hardware ni software, ni tampoco pagar costos extras por mantenimiento: todo está en los servidores de Google;
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Tiene muy bajo costo por usuario, esto significa que agregar más usuarios no constituye un problema presupuestario a futuro, en caso de que la empresa siga expandiéndose;
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Proporciona aplicaciones intuitivas que la mayoría de personas ya utilizan en sus vidas cotidianas. Las necesidades de entrenamiento son mínimas y la curva de aprendizaje es rapidísima;
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Constituye una plataforma abierta (Open Platform), que permite integrar todas las nuevas herramientas que desarrollan tanto Google como terceras partes asociadas con ella.Las empresas en Latinoamérica están adoptando la nube y ciertas tendencias muestran la velocidad con que ocurren los cambios. ¿Querés conocer hacia dónde está yendo IT y la nube? Te compartimos el acceso al reporte de IDC aquí:
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