Alguna razón hay para que, de un tiempo a esta parte, se hable más de adquisición o administración de talento que de Recursos Humanos (RRHH). La principal, es que se está volcando cada vez más la mirada hacia la “humanización” —según algunos— o el “empoderamiento” —según otros— del empleado, ya sea un profesional experimentado o un millenial que recién comienza.
El objetivo es lograr lo que las consultoras más importantes de RRHH consideran la prioridad: el engagement, lo que en nuestros países y en nuestro idioma se traduce por “ponerse la camiseta de la empresa”. ¿Y qué papel juega la tecnología en este proceso?
Aunque parezca paradójico, pareciera que la tecnología es una herramienta indispensable para “humanizar” y “empoderar” al empleado. Y esto es así porque el software que existe actualmente para la administración de los RRHH tiene las herramientas que se necesitan para lograrlo. Según CB Insights, una base de datos de capital de riesgo, los inversores que buscan la próxima gran novedad en tecnología de vanguardia, lanzaron más de dos mil millones de dólares en sistemas y plataformas de tecnología de recursos humanos durante 2016.
Lo que se busca es potenciar el talento y motivar a los profesionales. Otro punto para tener en cuenta es la digitalización, iniciada en años anteriores y que seguirá desarrollándose.
Las consecuencias son el engagement y la mejora en la productividad porque los empleados se comprometen fervientemente y se sienten parte de un proyecto en común.
Randstand, empresa especialista en RRHH propone por lo menos cuatro elementos que contribuyen al empoderamiento del empleado:
Recompensar: el empleado rendirá más y tendrá más satisfacción si se lo recompensa con algún beneficio o reconocimiento.
Capacitar: toma conciencia de su responsabilidad y aumenta la productividad si se le da la oportunidad de seguirse formando.
Delegar: compartir responsabilidades con los miembros del grupo es imprescindible. Para eso es importante fomentar la confianza en el equipo y formar nuevos líderes.
Comunicar: una buena política de comunicación participa las metas y los valores de la empresa, de modo de poder actuar acorde a ellos.
Además de todo esto, forma parte de la nueva tendencia la necesidad de concebir estrategias individuales para cada empleado, destacar —a veces— la confianza por sobre la competencia y relaciones laborales flexibles, de corto plazo y menos formales, entre otras cosas.
Hoy en día, especialmente si se trata de empresas medianas y grandes —incluso pequeñas, pero con gran movimiento de gente— ninguno de estos elementos de los que hablamos, puede hacerse sin tecnología.
Por otra parte, así como el ERP ha evolucionado de ser un simple sistema de contabilidad a un complejo sistema de administración de recursos empresarios (de ahí su nombre, dicho sea de paso), lo mismo ha pasado con los sistemas de administración de RRHH (o HRMS, por sus siglas en inglés). Tal como con los ERPs, los hay de muchos tamaños, colores, precios y prestaciones, pero todos, de alguna manera, están compartiendo algunas tendencias que se van imponiendo a partir de las demandas de los departamentos de RRHH.
Pero la idea no es detenernos en el detalle del software o la tecnología especial dedicada a la administración del talento. Este es un momento en el cual toda empresa innovadora está encarando la transformación digital o, por lo menos, la tiene entre sus planes inmediatos. Según un estudio de IDC, “la transformación digital ha creado un mercado cada vez más global, en el que las empresas de América Latina sienten la presión de seguir avanzando a un ritmo frenético, a pesar de las restricciones externas de mercado.”
Transformación digital significa migrar a la nube los sistemas más relevantes para el negocio, así como también utilizar profusamente Big Data Analytics, las últimas tecnologías de Inteligencia Artificial o machine learning y la implementación de herramientas colaborativos o bots en la atención al cliente, el seguimiento de stock o el soporte técnico, entre otras funciones.
Para lograrlo, el rol del departamento de RRHH es fundamental y debe ser capaz de asumir el liderazgo en el proceso. Es que el empoderamiento y la motivación se convierten en factores invaluables en la adopción y operación adecuada de la tecnología. Lo mismo sucede viceversa, como dijimos, la tecnología da posibilidades de acción, desarrollo y creatividad a los empleados, sumando una experiencia positiva con respecto a su compañía.
En definitiva, se produce un cambio cultural para que una empresa abrace la transformación digital y obtenga los mejores resultados. Esa gestión de cambio empresarial es una tarea que puede traer sus dificultades e implica encontrar entre la tecnología y las personas, la mejor manera de sacar lo mejor de cada parte.
Por ejemplo, un acompañamiento profesional, junto con capacitación en la migración a Gsuite- anteriormente Google Apps- puede generar métricas más eficientes que una incorporación que únicamente haga foco en la tecnología.
Como especialistas en herramientas colaborativas desarrollamos una variedad de workshops de gestión del cambio para empresas que adoptan la transformación digital. ¿Te gustaría conocerlos?