La nube y las herramientas de colaboración ofrecen a las empresas los niveles de flexibilidad, transparencia, productividad y resiliencia que exige un mercado que evoluciona hacia modelos más eficientes y sustentables.
Las empresas energéticas se encuentran ante un conjunto de desafíos inéditos. Por un lado, el giro hacia las energías renovables. Por el otro, la aparición de un consumidor más responsable que exige el máximo cuidado medioambiental por parte de este tipo de compañías.
En simultáneo, regulaciones cada vez más exigentes en términos de responsabilidad con el entorno y emisión de dióxido de carbono.
Todo esto ocurre mientras el mercado busca nuevos modelos de negocios más orientados a la vida digital, como el consumo bajo modelos de pago por uso o las estrategias de autogeneración de energía, por citar apenas algunos dos.
En el centro de toda esta transformación del negocio subyace la transformación digital: en efecto, las nuevas tecnologías habilitan todos estos cambios. En ese sentido, tanto Google Cloud como Google Workspace se consolidan como vehículos ideales para conducir a las petroleras, las productoras de gas y otras compañías del segmento de la energía hacia el futuro.
La nube se consolida como la base de todo: no solo permite disminuir la huella de carbono (los centros de datos de Google están certificados con los máximos estándares de eficiencia energética), sino que habilitan la innovación y promueven la resiliencia de estas organizaciones.
Los datos y las aplicaciones en la nube, combinados con tecnologías como la automatización, la inteligencia artificial o las herramientas analíticas, son claves para optimizar los procesos.
Permiten, por ejemplo, generar una mayor fluidez de las comunicaciones entre las plantas de producción y los laboratorios, predecir la capacidad productiva o entender el suelo para elegir los sitios más seguros y con mejores probabilidad de éxito antes de hacer perforaciones.
La energía de la colaboración
En particular, Google Workspace juega en todo esto un rol clave: habilita la colaboración, ofrece flexibilidad para que cada trabajador realice su tarea desde donde esté, en cualquier momento y con cualquier dispositivo y que luego pueda compartir la información que genera para que sus compañeros y colegas incorporen observaciones, sumen sus aportes y enriquezcan el resultado final.
Desde Hojas de Cálculo para gestionar los datos y llevar un control exhaustivo de cada punto del proceso o monitorear los diferentes aspectos del ciclo de vida de la producción (exploración, tratamiento, carga, transporte, entrega) hasta Presentaciones para entregar informes detallados y simples, pasando por Documentos para crear proyectos colaborativos o Google Drive para almacenar los materiales que puedan ser consultados por diferentes personas.
Por supuesto, las reuniones se pueden realizar con Google Meet, los trabajos se pueden asignar y seguir por Espacios de chat y el “punto de encuentro” de todos los contenidos puede ser una intranet creada con Google Sites. Las posibilidades son infinitas.
Es una paradoja: Google Cloud y Google Workspace aportan a esta industria la energía que necesita para seguir transformando el mercado 🔋
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