Blog - MERITI

Todos estamos obligados a repensarnos

Escrito por Martin E. Feldstein | 17/07/18 11:47

“Locura es hacer siempre lo mismo y esperar un resultado distinto”. Albert Einstein

“El secreto del cambio está en enfocar toda la energía no en pelear contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”. Sócrates.

  • Cambio y resiliencia

La palabra “tao”, difundida por el taoísmo, también se usa en el confucionismo, el budismo zen y la cultura china, con matices en cada caso. Puede traducirse como “el camino” o “la vía”, pero también como “el método” o “la doctrina”.

El concepto se basa en aceptar que la única constante en el universo es el cambio y que debemos aceptar este hecho y estar en armonía con ello. En consonancia, la Real Academia Española define “resiliencia” como “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”. Un caso paradigmático es el descripto por Victor Frankl, que en su libro El hombre en busca de sentido (1946) detalla la experiencia de sobrevivir al Holocausto. “Nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer al hombre quizá mejor que ninguna otra generación. ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”, dice. Luego, explica que “si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento” y que “el sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el momento en que encuentra un sentido, como puede serlo el sacrificio”.

Seth Godin, uno de los teóricos del marketing más reconocidos del mundo, expone que la mayoría de las veces, construimos nuestros trabajos, nuestras organizaciones y hasta nuestras vidas alrededor del hoy, basados en el supuesto de que mañana va a ser muy parecido. Sin embargo, un mundo loco tiende a volverse más loco. La Tierra se recalienta cada vez más rápido y la velocidad y el impacto económico de los desastres naturales crecen de manera exponencial. De ahí la necesidad de resiliencia. Una ciudad no se puede paralizar, aún cuando hubiese sido “sorprendida” por un atentado terrorista, un terremoto, una inundación o un huracán. Lo simple se vuelve complejo y lo complejo imposible. Por lo tanto, es fundamental estar liviano y ser flexible.

En ese mismo vértigo de cambio se ubican los mercados financieros, cada vez más volátiles, y la economía industrial, que se desvanece y arrastra con ella el empleo estable. La carrera de los agentes de viajes se puede terminar cuando, de pronto, ya no son necesarios, al menos como concebimos su rol actualmente. Porque si lo que se busca es conseguir la mejor tarifa aérea para un destino o el hotel que mejor se adapte a lo deseado, conviene visitar directamente la página de la línea aérea o sitios que agrupan, procesan y ordenan los datos en función de los parámetros de búsqueda. Booking o Tripadvisor, por ejemplo, acercan tanto información de tarifas como la aportada por otras personas que ya han vivido esa experiencia y la comparten. La reputación en línea es casi todo.

Ni hablar de metabuscadores como Skyscanner.com o Hooper, que indican el mejor momento para viajar o avisan en el instante óptimo para comprar. Este fenómeno nos ayuda a replantear qué valor agregamos y nos aporta las señales de qué hacer para mejorar frente al pánico que puede provocar el riesgo de desaparecer. Sobrevivirán los expertos, los que aporten esa pizca de arte, esa sensibilidad humana, esa intuición que marca la diferencia. Quien no se adapte, seguramente terminará en otro negocio.

Los taxis pueden protestar cada vez que Uber llega a una nueva locación, pero lo cierto es que sería mejor que pudieran adaptarse a la nueva era, modernizarse, competir contra este nuevo modelo que emerge y, en especial, entender cuál es su negocio, que no se trata exclusivamente de manejar un auto sin que importe la oferta y la demanda en la fijación de la tarifa, sino que abarca también aspectos como  la diferencia en reputación de la calidad de servicio que ofrece, la seguridad que brinda al hacer conocer la trayectoria en el trabajo, las ventajas de ganar más cuando la demanda aumenta o conocer quién es el pasajero y evitar los riesgos de seguridad a los que el conductor se ve expuesto.

Los estados necesitan encontrar la mejor forma de situarse, frente a estas nuevas realidades, que a veces deben regularse y a veces, respetar los acuerdos pactados entre privados. Es un debate abierto. Si tengo un cuarto libre en mi departamento y deseo utilizar internet para ofrecerlo a través de una red que lo ofrezca (Airbnb, entre otros). ¿El estado debe intervenir y cobrar impuestos en esa transacción? Los gobiernos deben replantearse si agregan valor para justificar su participación. Más complejo es cuando la transacción no incluye el intercambio de dinero. Es el caso de CouchSurfing, que desde su fundación en 2004 hasta su conversión a organización “con ánimo de lucro” en 2011, se limitaba a unir las puntas con el propósito de desarrollar una comunidad multicultural en el mundo de la hospitalidad, algo que continúa con sitios como BeWelcome que, entre otros, recibieron a los desencantados con el cambio de CouchSurfing.

Internet, en este plano, se puede sintetizar en una palabra: desintermediación. Al menos, de aquello que ya no agrega valor.

Estos cambios no son ataques en particular a un segmento en particular, sino la descripción de una realidad, tan válida para las agencias de viajes, taxis y hoteles, como para, por citar otro ejemplo, las inmobiliarias. Todos estamos obligados a repensarnos. 

[Tal vez, también te interese conocer las claves de la transformación digital]

¿Cómo repensamos nuestros lugares y procesos de trabajo con las nuestras tecnologías? GSuite, el paquete de servicios basados en la nube que ofrece Google, es flexible y se adapta a las necesidades de casi cualquier empresa. Por ejemplo te mostramos qué aplicaciones están pensadas para solucionar necesidades del área de Recuros Humanos.