La ola de manifestaciones y protestas que afectan al Perú generan serios problemas para aquellos que necesitan llegar a sus lugares de trabajo. En este contexto, las soluciones de trabajo remoto son esenciales para garantizar la continuidad del negocio.
La coyuntura no siempre es la más propicia. El Perú está viviendo un momento de gran incertidumbre política, económica y social, con una ola de protestas y manifestaciones con pocos precedentes en su historia.
Entre muchos otros aspectos, esto representa un enorme desafío para todas las personas que necesitan llegar a su trabajo, ya que suelen impedir el libre tránsito y hasta poner en riesgo a los trabajadores que circulan por las inmediaciones. Lamentablemente, hemos debido lamentar pérdida de vidas a lo largo de este proceso.
Es cierto que el escenario motivó a muchas empresas a moverse de manera urgente, y a veces desprolija, a este modelo de trabajo (de hecho, ya el Ministerio de Trabajo exhortó en distintas oportunidades a que los trabajadores se adhieran a este formato).
La experiencia acumulada durante la pandemia ayudó, es cierto, pero aún queda margen para adoptar el trabajo remoto con una mirada estratégica, pensando ya no solo en “atravesar el temporal”, sino en utilizar estas nuevas tecnologías como la plataforma para impulsarse hacia el futuro y para beneficio de la sociedad peruana en su conjunto.