La tecnología en la nube, es una de las claves para entender la transformación digital de nuestro tiempo. Una de las principales ventajas que trajo es el uso de las herramientas de respaldo para toda nuestra información. A medida que pasan los años cada vez se especializa más este servicio y las empresas comienzan a confiar más en estas opciones. Un ejemplo claro son los esfuerzos que mantiene Google para brindar cada vez un mejor servicio y más seguro. Pero... no perdamos el norte...
La virtualización es cuando un sistema operativo, servidor, dispositivo de almacenamiento o recurso de red existe de manera virtual. Así, la información de múltiples dispositivos de red está consolidada en un servidor que controla todos los procesos. Las empresas hoy hacen uso de tres tipos de nubes o alguna de ellas: las públicas, privadas o híbridas (mezcla de privadas y públicas). Cada una con sus ventajas y desventajas.
Uno de los puntos claves para que una empresa decida trasladar su información al mundo cloud es la seguridad con la que se encontrarán cifrados los archivos y la confidencialidad de los mismos, ya que algunas pérdidas o robo de información pueden llevarlas a desastres.
Un ejemplo de esto fue la filtración de información que se produjo a manos de Facebook y Cambridge Analytica, que hace dudar a las empresas y los individuos de la seriedad de la compañía. El impacto fue enorme principalmente porque nos hizo dudar de la nube en general y la privacidad de nuestros datos dispersos en internet.
Abajo vemos un panorama de los ataques informáticos, para ubicarnos mejor en el contexto (fuente: Kaspersky Lab):
Pero a pesar de las dudas y temores que surgen del trabajo en la nube y de la virtualización, existen muchos beneficios medibles desde lo económico como del tiempo que nos ahorra.
El principal beneficio que nos ofrece trabajar en la nube es que podemos trabajar desde cualquier dispositivo y continuar con el trabajo que habíamos empezado cuando lo necesitemos. Otro de sus beneficios es que facilita el trabajo colaborativo dentro de la empresa e incluso con colaboradores externos, ya que la mayoría de estas plataformas permiten tener las computadoras conectadas y sincronizadas compartiendo datos o archivos. Editar un mismo documento entre varios ya no es un dolor de cabeza de versionados, como solía ser años atrás.
Otro aspecto a tener en cuenta es el espacio de almacenamiento para guardar información. Hoy sería un despropósito comprar el hardware necesario para almacenar todos los datos: el espacio, el mantenimiento, la seguridad y todo aquello que hacen a la gestión y resguardo de información corporativa confidencial, nos haría parecernos más a un banco que una empresa de salud o una industria manufacturera. Focalizarse en el negocio core y dejar que los expertos guarden nuestra información, sería lo más adecuado y es la tendencia.
Algunos servicios permiten hacer copias de seguridad de toda la información, incluso sin conexión. Permitiendo así evitar la duplicidad de documentos, lo que desemboca en pérdidas de dinero y tiempo.
Todas estas ventajas y características hacen que cada vez más empresas decidan trabajar en la nube. Hoy en día es fundamental aprovechar cada nueva herramienta que nos brindan los avances tecnológicos, y esto puede llevar a la empresa a otro nivel, brindado a su vez mayor comodidad y libertad a sus empleados. Cuando una empresa decide “virtualizarse” es cuando realmente se hace ágil, separándose de sus competidores.
La consultora Forrester emitió a principios de este 2018, una serie de estudios que indican que cerca del 50% de las empresas a nivel mundial están trabajando con nubes públicas; estiman, a su vez, que esta proporción irá disminuyendo en el transcurso de los años venideros. A cambio, sugieren que el modelo de nube que la mayoría de las empresas elegirá es el híbrido: el 58% de las empresas elegirá la combinación de nube pública y privada.
No podemos negar que esto se debe principalmente al alto porcentaje de ejecutivos que tienen temor por compartir datos críticos y privados en una nube pública, y a la falta de certeza de que los datos no sufrirán ningún ataque. Los tres grandes proveedores de nube pública, AWS, Google business y Microsoft acaparan el 75% de los usuarios de la nube e invierten varios millones de dólares al año en temas de seguridad, pero parece no convencer al 100% de los responsables de sistemas.
Aún así, la tendencia a favor de la nube es abrumadora: un estudio de la Comisión Europea mostró que, en los próximos 5 años, la computación en la nube creará en Europa 3,000,000 de empleos y 400,000 emprendimientos.
Las empresas latinoamericanas están comenzando a aprovechar el verdadero poder de la virtualización, ya que con ellas logran reducir notablemente el espacio utilizado por sus servidores, obtienen mayor rapidez en las transacciones y lo más importante, se reducen notablemente los costos operativos.
Las empresas de países como Chile, Brasil, Colombia y México son los principales impulsores de esta tecnología en la región; estas han optado el uso de la nube como fuente fundamental de distribución de información y aplicaciones y ya hablan de sus notables beneficios. La virtualización es la norma y todos estamos atentos a la ciberseguridad: no tomarla en cuenta puede llevar a la empresa a enfrentarse a grandes amenazas y pérdidas. Pero...¿es distinto a lo que nos pasaba con los servidores físicos, acaso?
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