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Otro beneficio de la nube: tecnología responsable

Escrito por Martin E. Feldstein | 03/07/19 12:02

Se considera que un proceso es sustentable o sostenible cuando puede mantenerse en el tiempo por sí mismo, sin ayuda exterior y sin que se produzca la escasez de los recursos existentes. Es decir: permite satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras.

Pues bien, además de todo, la computación en la nube se califica como “verde”: según datos de Google:

Una empresa puede ahorrar entre un 68% y un 87% de la energía aplicada a los equipos informáticos y reducir sus emisiones de carbono en un porcentaje proporcional.

Estos datos se desprenden de una comparación entre un esquema tradicional y uno basado en la nube, que permite concluir que:

 

  • La energía directa para los servidores se reduce entre un 70% y un 90%

Una infraestructura interna requiere de equipos adicionales para incrementar la tolerancia a fallas y suele contar con capacidad ociosa a la espera de un crecimiento incierto. Incluso, hay compañías en que el uso de la capacidad de cómputo es inferior al 10%.

Y como los servidores utilizan siempre la misma cantidad de energía, independientemente de cuán “llenos” están, el desperdicio es muy alto. En cambio, en la nube, cada compañía abona exactamente por lo que se utiliza.

 

  • Baja el uso de energía para enfriado de servidores también entre un 70% y un 90%

Cada unidad de energía que consume el servidor produce un calentamiento del lugar donde está instalado que hace que los sistemas de aire acondicionado deban actuar. En algunos casos, cuando el equipo está en una habitación pequeña o en un armario, por cada watt de consumo hay que calcular 1,5 watt de refrigeración. Incluso en los grandes centros de datos se estima que ese consumo indirecto llega a 0,5 watts. Los centros de datos de Google, en cambio, apenas requieren 0,13 watts por cada watt directo.

 

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  • Se incrementa de un 2% a un 3% el consumo de energía por tráfico de red

La contracara es mucho menos impresionante: mientras que los ahorros son cuantiosos en los dos puntos anteriores, el excedente, en este caso, es ínfimo, al menos en comparación.

Por otro lado, dadas las economías de escala de estos grandes centros de datos pueden ser instalados en zonas frías del mundo, con las ventajas que se obtienen por el menor consumo de los sistemas de enfriamiento.

 

  • ¿Es inocua la nube?

Consciente del impacto ambiental, Google emplea energía 100% renovable en sus centros de datos de todo el mundo y se planteó el objetivo para 2017 que utilicen sólo energía limpia. Esto mantiene estables, a mediano plazo, los costos eléctricos y protege a la empresa de la volatilidad del precio de la energía.

La navegación por internet no es neutra en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero. Facebook, por ejemplo, informó que su uso “por parte de una persona para todo 2011 tiene más o menos la misma huella ecológica que un café con leche mediano. O tres bananas grandes. O un par de vasos de vino”.

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Si bien con su creciente masa de usuarios esto aumenta, según datos de Greenpeace de enero de 2017 tanto Google, como Facebook y Apple se destacan en el uso de energías renovables. El tema no es menor: si Internet fuera un país, sería el quinto consumidor mundial de electricidad, indica el informe; y si bien estos gigantes están trabajando a conciencia, llama la atención sobre la falta de avances en esta materia en empresas como Netflix, Amazon Web o Samsung, tildadas de “rezagadas”, algo que, sin duda, va a cambiar a medida que la nube siga imponiéndose a la computación tradicional.

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