Guía de autoayuda para líderes a los que, coronavirus mediante, se les dispersó el equipo de trabajo
Teletrabajo
El teletrabajo llegó de repente y rompió todas las barreras existentes: se calcula que antes de la pandemia, según datos de diversas fuentes, que un 40% de las empresas se negaba por completo a implementar esta modalidad laboral. El rechazo venía por la natural resistencia al cambio de los seres humanos, por un lado, y por una serie de prejuicios instalados, por el otro.
Develar algunos mitos y conocer algunas realidades sobre el teletrabajo nos permite abrazar esta tendencia que debimos adoptar a la fuerza como consecuencia de la pandemia y proyectar a futuro para que nuestra empresa obtenga todos los beneficios de este modelo.
- Mito:
“el teletrabajo hace que los empleados sean menos productivos”. Muchas empresas, pre COVID-19, “premiaban” a sus empleados permitiéndoles un día de trabajo remoto. Este escenario nos permitió comprender que esta modalidad no implica que el colaborador se queda en su casa descansando o atacando la heladera cada quince minutos. De hecho, la principal queja de los nuevos teletrabajadores suele ser que se incrementó la presión laboral respecto de lo que ocurría en la oficina. En diciembre de 2019 –es decir, antes de que millones de personas deban ir a trabajar a sus hogares por la fuerza-, la consultora Owl Labs hizo el estudio State of Remote Work (Estado del Trabajo Remoto): 79% de los encuestados aseguró ser más productivo y tener más foco cuando trabajaba desde su casa.
- Realidad:
“el teletrabajo incrementa los niveles de fidelidad del personal”. Del estudio de Owl Labs también surgió que el 34% de los empleados de Estados Unidos aceptaría una rebaja de hasta el 5% de su sueldo para poder trabajar de manera remota, los trabajadores a distancia se expresan contentos con sus trabajos un 29% más que los que deben dirigirse físicamente a la oficina y se muestran un 13% más dispuestos a permanecer en una misma empresa durante los siguietes cinco años.
- Mito:
“el teletrabajo daña el balance entre la vida laboral y la profesional”. Falso. El mismo estudio de Owl señalaba que los trabajadores a distancia preferían ese modelo respecto del de presencia física porque lograban un mejor balance entre vida profesional y laboral (91%), sufrían menos estrés (78%) y la posibilidad de evitar el traslado (78%).
- Realidad:
“el teletrabajo exige un nuevo modelo de liderazgo”. Los líderes de equipos distribuidos deben apuntar a que cada miembro cumpla con su propósito personal al tiempo que avanza sobre el propósito de la organización, que se produzca una identidad colectiva con sentido de pertenencia –aunque todos estén físicamente distantes-, que se refuercen los vínculos de confianza y de empatía –el “¿Cómo estás?” debe ser la apertura genuina de cada uno de las conversaciones- y que produzca una tensión constructiva para generar nuevas ideas y mejores resultados.
Más allá de los mitos y las realidades, el teletrabajo se posiciona como una alternativa sustentable y beneficiosa que producirá, en las empresas que logren abrazar este modelo más allá de las restricciones impuestas por el coronavirus, una enorme ventaja para captar y retener los mejores talentos del mercado.
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