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Conceptos del pasado en IT

Escrito por Pablo Ventura | 15/05/19 11:43

Los nuevos paradigmas, y ya quedó demostrado que la computación en la nube lo es, echan por tierra múltiples tareas que pierden sentido.

Esta suele ser una fuente de resistencia al cambio: los intereses afectados, las personas que realizaban tareas que ya no son necesarias –y, como consecuencia, necesitará reconfigurar su trabajo– o servicios que no hacen falta y se vuelven ineficientes

Algunos ejemplos en cuestiones tecnológicas cotidianas…

  • Los adjuntos del correo electrónico

Los archivos tienden a crecer. Más allá de los límites impuestos por las herramientas (Gmail permite un máximo de 25 MB, por ejemplo), el envío del archivo implica consumo de ancho de banda a la hora de mandarlo, lo mismo para quien necesita descargarlo, riesgo de desactualización (cualquier cambio que se le haga al material hay que volver a enviar, con la confusión por las múltiples versiones producidas del mismo archivo).

Servicios como Dropbox, Google Drive, Apple iCloud o Microsoft OneDrive resuelven toda esta problemática: se almacena una sola vez, se hacen los cambios sobre el mismo archivo y hasta, en algunos casos, se puede editar de manera colaborativa en tiempo real.

Se dispone así de una única fuente de verdad y la productividad que implica el trabajo colaborativo en la nube, produce un efecto bisagra, una gigantesca ventaja competitiva. Es la respuesta técnica a la realidad actual del trabajo en equipo, al hecho de que ya casi nada puede ser realizado de forma individual.

 

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  • Los back-ups

Existen dos maneras de aprender acerca de la importancia del resguardo de la información. La primera, conocer la teoría del back-up, que dice que es clave ser disciplinados en la permanente copia de los datos (en especial los sensibles) a otros medios de almacenamiento y su traslado a otros lugares físicos. La segunda (la más transitada en la historia), el día en que se produce la catástrofe de perder todo. 

El proveedor de la nube se ocupa de replicar y de mantener sincronizada la información en distintos lugares físicos y así garantizar la disponibilidad permanente frente a cualquier contingencia. Un mundo sin pendrives es posible (incluso, yo diría que más que aconsejable).

 

  • Los upgrades

La computación en la nube es procesamiento centralizado para millones de organizaciones y usuarios. Deja de tener sentido el avance en etapas. Utilizar durante un tiempo una versión de software lleva forzosamente a un costo mayor de cambio, por lo que implica desplegar una nueva versión y por la dificultad de absorción que le implica al usuario el aprendizaje de decenas o cientos de nuevas funcionalidades.

La nube permite un proceso de innovación continua con pequeños y frecuentes updates. Es como tener siempre un auto cero kilómetros al que, cada dos semanas, le incorporamos algo nuevo. Los cambios se absorben gradualmente y se dispone siempre de las últimas y mejores funcionalidades.

Y los diskettes... Ah, no, cierto que ya habían desaparecido hace bastante.

El ingreso al nuevo universo digital, a la computación en la nube y a todo lo que éste ofrece, no es una cuestión de edad, sino de actitud.

Si la creación del espacio digital de trabajo no está en tu agenda: